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Toto(Jacques Perrin) invadido por la nostalgia que el cine y el imposible retorno le producen a través de la cámara de Tornatore. |
El término acuñado como metacine no indica más que el cine que muestra cine en sí mismo. Cuando dentro de un encuadre se halla una referencia a el género en particular o a una cinta concreta y se nos muestra alguien viendo una película o rodándola podemos hablar de metacine en sentido estricto. En todo caso, es imposbile obviar otro tipo de referencias cinemátograficas dentro de un film de modo más amplio, el que llamaremos metacine extenso, conformado por referencias, cameos u homenajes. En sentido global podemos entender que el metacine es una metaficción (gracias wikipedia, atiendan al contenido de ese artículo que no tiene desperdicio).
Es curioso, de ver en cuando, rememoro una -ahora- distante noche en la que tuve el placer de conocer a unos cuantos aficionados al nobilísimo arte de rodar cortos, excusándome en un amigo que necesitaba ideas para un videoclip me presenté. Tras concretar algún detalle de aquella -nunca realizada- empresa conseguí comenzar una conversación de cine, sin ningún tipo de ambición. Le pregunte básicamente que buscaban con sus cortos. Un chaval regordete ,que nos causó más que buena imrpesión ,confesó diarreicamente algo como:
-Bueno, yo no hago mucho, salgo en una escena a cámara lenta de ésas y mato a todo el mundo (risas colectivas), es que antes teníamos un cámara de esos buenos pero lo echamos porque quería hacer otras cosas ya sabes.
Su compañero medio avergonzado (de verdad no entiendo el motivo, quizás para que la confesión no resultara un desastre para su empresa) dijo:
-Hacemos cine de gángsteres, tipo Tarantino y el corto es de metacine, tenemos storyboards y todo.
Tipo Tarantino, todavía resuena en mi cabeza, Tarantino por aquí, Tarantino por allá. Es manifiesto, lo comprobé en un par de conversaciones ulteriores que no iba mucho más lejos de aquel direcotor. Yo primero, pensé que no era justo que unos "genios" de este calibre pudieran acceder a una cámara pero luego recordando a Buscemi en "Vivir Rodando" pensé que al menos, aunque fuera díficil, se lo estaban pasando bien.
El problema llega cada vez que alguien te pregunta si te gustó malditos bastardos, y iluso de ti, repondes que no (pensando que el emisor pudiera ser que hubiera visto alguna película no-americana o anterior a los años 80) te reprime: "Eso es que no la has entendido tío, es metacine, una película dentro de otra" (suele ser acompañado de un movimiento manual en el que el puño esta cerrado y los dedos índice y pulgar se mueven lentamente como enroscándo la pieza del puzzle que se "supone" que no has logrado encajar). Ellos en la idiocia colectiva que suele provocar el gran Tarantino (básicamente sus maneras les hipnotizan pero no entienden nada de lo que se les cuenta) son incapaces de entender que ese metalenguaje que tanto le gusta se remonta a tiempos inmemoriales, pero claro en esa época se rehuía de la violencia (no regodeo en ella interés nulo por el ¿metaque?). Es curioso como un arma tan interesante (mostrar en una obra los procesos volitivos o éticos que afronta un autor o el impacto de su obra -a veces desde perspectiva crítica-o algo completamente distinto -como hacía su amado Tarantino-.
Podemos hablar aquí, por ejemplo de "Cinema Paradiso" que hace la suerte de papel mural del blog, a la que le debo cuanto menos una entrada. La cinta que es un homenaje al cine (sencillo pero tremendamente bien realizado) lo muestra cine como un todo para Toto. Éste crece viendo películas, conoce que es el amor, el sexo, el trabajo y la nostalgia en una sala de cine, ya sea proyectado en la sala de cine a la que acude asiduamente o proyectándose el en la imagen que nosotros vemos. Toto crece como cualquier persona (de ahí buena parte de esa universalidad que impregna toda la cinta) pero dedicándose a lo que ama:el cine. Se usan pues tanto a éste como a su mentor, Alfredo (espléndido Phillipe Noiret) para mostrarnos el cine como vida, el cine como las emociones que a lo largo de ésta tenemos, el cine como recreación de todo, es decir, el cine como lo que es: arte en su sentido más puro. He usado este clásico moderno para ejemplificar el grado de interés que puede provocar una metaficción llegando a resultar a veces mucho más que una obra que se distancia de su formato.
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Marcello es aquí el propio Fellini. En la más profunda de las crisis huye a un balneario, jámas la génesis -o la tentativa- de una obra había sido un ejercicio tan sugestivo o provocador. |
Recientemente tuve el placer de ver "También la lluvia", En aquella (genialmente) Bollaín convertía el cine en crónica. El film que trataba sobre un rodaje del descubrimiento de América tenía un juego metalingüistico muy inteligente. La primera parte de la cinta se estructuraba en 3 estilos independientes: Uno con planos medios y sin demasiados artificios narrativos para mostrarnos los elementos de producción y las relaciones personales de productores, actores y demás (intersantisíma la evolución del productor: Tosar y su relación con su actor: Aduviri, o los demás actores -confrontados- de Elejalde con Arévalo o Santos, o las decisiones del director, un loable, Gael García Bernal). Por otro lado, una cámara en mano, mostrando su interfaz (tipo REC)que entrevista a los ciudadanos de Bolivia mientras explican su situación vital y el problema con cierto pozo que mejor descubran vosotros mismos. Finalmente, añadía (ya montadas y producidas) escenas selectas del film que se suponía estaban dirigiendo. La grandeza de la cinta se convierte en como los distintos estilos crean una denuncia, el trato actual de las grandes naciones (y empresas) al pueblo Boliviano era igual que hace 500 años cuando Colón llegó. Posteriormente la cinta se centra en la primera narración para resolver la implicación de cada personaje (con ideas muy bien resueltas).
Pero el metacine no se remonta a estas últimas décadas, a lo largo de los años directores como Clint Eastwood en la recomendable "Cazador blanco, corazón negro", Truffaut en los "400 golpes" (los niños huían al cine para evitar los problemas del hogar), Fellini y su "8 y medio" (quizás la mejor película sobre el proceso creativo, el origen de las ideas y el agotamiento de éstas) Bergman en "La hora del lobo" (ese carrete que se quema) o Donen y Kelly en "Cantando bajo la lluvia", Woody Allen en multitud de sus películas ( de manera estricta en "Annie Hall", y de manera extensa en "Boris Grushenko") o Orson Welles y su "Ciudadano Kane" (recomiendo la lectura de su biografía, en concreto la de Barbara Leaming) y Wilder con "el Crepúsculo de los dioses" (diseccionaron al milímetro lo que hoy se engrandece sin términos medios). Hay miles y miles de referencias de distintos tipos y homenajes en las películas así mismas, tanto que se está convirtiendo en una mala costumbre el que los guionistas se centren, en exceso, en el tema. Ciertamente se ha abordado en muchas ocasiones con originalidad y ha dado lugar a obras cumbre; el problema viene cuando se abusa de él y, sobretodo se pervierte en folletines inaguantables que se sucenden cada vez más a menudo y que me niego a ni siquiera mentar. Aún recuerdo los Oscars del año pasado (esa ceremonia que no tiene la mitad de importancia que se le da) cómo absolutamente las películas más premiadas eran un "homenaje" al cine (pese a sus irregularidades y estar entre dos aguas prefiero Hugo a ese remix -a veces entrañable- de The Artist). No eran obras denuncia, cine social, ni proponían grandes dilemas. Era el cine por el cine. No tengo objección a éstas sino la actitud de Hollywood que ansiaba ante todo recordar la importancia del cine como arte (algo teóricamente innecesario) debido al desplazamiento que esta teniendo últimamente siendo sustituido por otras manifestaciones, aunque se esfuerce en producir películas que son todo lo contrario: negocio. Opino que otro gran problema que se crea "revalorizando" mal el cine (como fábrica de mitos y glamour) es la facultad de coartar a ciertos creadores de hacer su propia obra (como los chavales del principio) mostrándolo como algo demasiado grande y cerrado como para ellos. ¿Es el cine indie una salida? Sinceramente, es la única visible, con talento y buenas ideas se pueden traer películas de gran nivel (ahí están cosas como Antes del Amanecer Like Crazy, Napoleon Dynamite o grandes rarezas como los 12.000 dólares que costó Reservoir Dogs).
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Goodman orgulloso en la mejor escena de "The Artist". Notable cinta pero la sonrisa es algo desmesurada. |
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