Queridos lectores, esta semana os presento una nueva sección del blog, y ya van unas cuantas. A partir de ahora y con cierta periodicidad me sumergiré en el peor cine posible. Sin más. Mi misión no será otra que buscar entre las peores películas jamás hechas con una sola meta, ver si éstas consiguen, siempre de manera involuntaria hacernos reír un buen rato. El cine cutre ya es un arte en sí mismo, no son pocos los videoclubs de barrio que amueblan sus estantes con infinitas películas de las que no teníamos ni la más remota idea de su existencia. Detrás de ellas, oportunistas productoras se agarran a tendencias explotadas para intentar colarnos sus productos. Y muchos incautos caemos. Ya avanzo que no es mi intención hacer un riguroso análisis de dichas películas, sino más bien un vehículo para la mofa de los elementos más sonrojantes de éstas, vislumbrando eso sí que motivos la llevaron a su existencia y si merece la pena echarle un vistazo en compañía de amigos y buena cerveza. Vamos, que me sacrifico por la causa.
En este iniciático artículo empezamos con "Mentiras e Ilusiones", dirigida en 2009 por Tibor Takács y producido por la cutrérrima NU IMAGE. El objeto comercial de la película son sus dos actores principales, los muy conocidos Christian Slater y Cuba Gooding Jr. ¿Lo habéis adivinado ya? Exacto, esta es la típica película de otroras estrellas intentando pagar las facturas de la luz de sus respectivas mansiones a base de hacer lo primero que les surja. O eso o sus agentes tienen el "descaro" de buscarle los peores papeles posibles, pero el máximo en número, para cobrar a saber que tipo de chanchullos. Hay dos casos más iconicos, y recientes, del movimiento de "estrellas caídas" como son Ray Liotta y el siempre marciano Nicolas Cage, éste último merece un estudio individual. Uno de los aspectos más ridículamente embusteros de la película es su cartel original, mucho ceño fruncido, cabezas flotantes y alguna explosión, dando a entender que la película es un thriller serio. Ilusos. Nada más comenzar la película unos títulos de créditos que mezclan desde Saul Bass, el clásico 007 hasta la televisiva "Bored to Death" nos sorprenden no por su falta de originalidad sino por su aspecto de: "Me salté la primera clase de diseño de títulos de crédito, sí esa donde te enseñaban que es lo que no hay que hacer nunca". Mientras en el cartel la seriegráfia recordaba a seriales del tipo "Ley y Orden" o "Mad Men", en los títulos de crédito no, que va, en estos aparece como una comedia romántica de carácter novelesco. El horror.