Plano a plano: El Séptimo Sello.

"Y cuando él abrió el séptimo sello, fue hecho silencio en el cielo casi por media hora.Y vi los siete ángeles que estaban delante de Dios: y les fueron dadas siete trompetas.

 Y otro ángel vino, y se paró delante del altar, teniendo un incensario de oro; y le fue dado mucho incienso para que lo añadiese a las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro que estaba delante del trono. Y el humo del incienso subió de la mano del ángel delante de Dios, con las oraciones de los santos. Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y echólo en la tierra; y fueron hechos truenos y voces y relámpagos y terremotos.Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas, se aparejaron para tocar. Y el primer ángel tocó la trompeta, y fue hecho granizo y fuego, mezclado con sangre, y fueron arrojados a la tierra; y la tercera parte de los árboles fue quemada, y quemóse toda la hierba verde.Y el segundo ángel tocó la trompeta, y como un grande monte ardiendo con fuego fue lanzado en la mar; y la tercera parte de la mar se tornó en sangre. Y murió la tercera parte de las criaturas que estaban en la mar, las cuales tenían vida; y la tercera parte de los navíos pereció.Y el tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una grande estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó en la tercera parte de los ríos, y en las fuentes de las aguas. Y el nombre de la estrella se dice Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas fue vuelta en ajenjo: y muchos hombres murieron por las aguas, porque fueron hechas amargas(...)."Las profecías del Apocalipsis, capítulo 8º versículos 1-11.

El cielo y unos coros lúgubres dan paso al mar y una pequeña playa colindante. Con este fragmento (desarrollado tal cual, al final de la cinta) se abre la su 17º cinta  -1957- de Ingmar Bergman. Antonius Blovk vuelve tras diez años de cruzadas a su Suecia natal. En ese mismo viaje tendrá la revelación de una obstinada muerte que le retará a una partida de ajedrez. Si ganase quedaría libre del camino de ésta.

Es con esta película con la que estrenamos nueva sección ( y ya van...), con "Plano a plano" vamos a realizar un estudio pormenorizado, dentro de lo posible, de cintas inolvidables e ineludibles para cualquier cinéfilo. En estos análisis se destriparan los guiones de cintas consagradas, por ello es conveniente conocer primero la obra y tener una opinión propia de ésta (para comentar posteriormente). En estos artículos se analizarán las cintas en su totalidad alumbrando los rincones más oscuros para los espectadores menos avezados desde la visión de un no-profesional pero estudioso de éstas. Por ello se prima no la abstracción en el artículo per se   para resolver, tarea arduo difícil  toda la complejidad de las cintas sino mostrar desde una perspectiva asequible el significado general de éstas. Es imprescindible, en este caso, comprender que el ritmo pausado y la actitud contemplativa de la cinta, no sólo es intencionada sino que es imprescindible para su comprensión. Su escenificación pictórica y la aparente pasividad de los personajes han aletargado ha muchos de sus espectadores potenciales. Debéis darle una oportunidad al Séptimo Sello, es una película enorme. Además el Séptimo Sello dada lo conocido de su ambientación (siglo XIV) y lo arraigado en la sociedad de las dudas de su personaje principal es la manera más sencilla en iniciarse en uno de los directores, sin duda,  fundamental del séptimo arte.

En este vídeo podeís observar la fuente de inspiración y la opinión de Bergman sobre su cinta.Tras el primero encuentro entre la Muerte y el cruzado:

Tras ese memorable primer encuentro con la Muerte, (inolvidable Beng Ekerot), Antonius Blovk -habitual de Bergman - y su escudero Jons, Gunnar Björstrand, se encaminan a una pequeña aldea. Ya en estas primeras conversaciones se pueden definir el carácter de los dos personajes principales. Por un lado el señor, es un hombre de Fe, riguroso y con grandes principios. Todos ellos se cuestionan en este viaje de regreso siendo su principal temeridad , no la muerte en sí misma sino el devenir del alma tras ella o su extinción a la más simple nada. Siendo estas cuestiones metafísicas el  principal eje del film, nunca mejor representado que en esos numerosos duelos interpretativos , brillantes como el texto que los acompaña, que se desarrollan en la partida de ajedrez; Entre el cruzado y la Muerte. Por otro lado, Jons (traducido como Juan, la nomenclatura de los personajes nunca es trivial y siempre son alusiones bíblicas), ha llevado una completamente contraria a la de su señor. El no se plantea el devenir del ánima sino que se aferra el mundo tangible, ontológico sin temeridad del futuro, representando, en parte, el Carpe Diem. 

El ajedrez se convierte aquí en el juego de la vida. Ya está para jugar la partida se había acabado antes de empezar.

De camino a la aldea pasan al lado de un pequeño campamento. Allí como nómadas nos encontramos con José, María y Jonás. Un joven matrimonio que alude también a la huida a Egipto de los personajes bíblicos. Mencionar aquí el manifiesto ateísmo del director sueco, para no caer en un interpretación que aunque plausible se aleja de la concepción fílmica, interesándonos las dudas y no la existencia de demiurgo alguno.  José (Nils Poppe) es un joven artista que junto con su mujer (Bibi Andersson también fetiche del director) erra de pueblo en pueblo. Él es capaz de visionar lo que va a ocurrir (la virgen y el niño, buen presagio). Todo lo relativo al matrimonio y su joven retoño está envuelto en un halo de luz y felicidad. No es trivial, como ya veremos. Por otro lado, Jonás es la nota discordante del grupo. Como veremos se diferenciará aquí dentro de los propios artistas: Los puros y los deshonestos (siendo los últimos condenados por la propia Muerte).

Ya de vuelta en la Iglesia la cinta se subdivide: Por un lado el escudero junto a un pintor (el mismo que fue la inspiración de la obra de Bergman) debaten sobre la sociedad actual y las miserias. La plaga negra (peste bucólica) es aquí definida tras un contacto visual previo. Y la crítica a la Iglesia se manifiesta en numerosas frases. Finalmente en una canción a modo de sorna se muestra, Juán el escudero, ajeno a la religión imperante en la Edad Media. 

La Muerte alarga su brazo y una larga sombra acecha a el Cruzado; éste la retará a una partida inolvidable. Ésta personificada como en la tradición pictórica medieval es perpetrada por un Beng Ekerot en estado de gracia.

Por otro lado creyendo tener una formula ganador el Cruzado confiesa sus dudas a un monje. Este en un mismo plano (técnica habitual en Bergman y que tan grandes resultados ha dado) nos muestra como ese monje es la propia muerte. La muerte como ser cambiante será una constante en la cinta. Puesto como ya veremos incluso su presencia es una alegoría  También su sentido igualatorio era una de las cuestiones más importantes de aquél periodo histórico.

Juan, el escudero y pintor, en el primer encuentro, a la respuesta del primero por el motivo del dibujo:

Pintor: Una calavera resulta más interesante que una doncella desnuda.

Juan: ¿ Pero, si tu les metes miedo?

Pintor: Reflexionan.

Juan: ¿Y si reflexionan?

Pintor: Les entra mucho más miedo...

Juan: Y se arrojan en brazos de los curas.

Pintor: Eso no es cosa mía.

Definiendo a Juan y confesionario con la Muerte.

A continuación en el pueblo se nos muestran y presentan todos los personajes. Un seminarista que encomió antes al cruzado a partir es ahora un desalmado ladrón de cadáveres  En el intento de violación de una joven (muda, su vida sometida a la penuria y la ausencia de quejas justifican ese final) es atacado por el escudero que a cambio le pide los cuidados a ésta. Por otro lado, los trovadores crean su espectáculo, claramente antieclesiástico, y son abucheados. El pueblo medieval sólo era capaz de entretenerse con estos espectáculos pero dada la incultura muchas veces ni los comprendían como en este caso (la incomprensión del arte se introduce en la cinta). Finalmente en el caos, Jonás se fuga con a mujer de un herrero para comenzar un idilio. El herrero (simbolizan el matrimonio infiel, mal comprendido,posesivo, bajo el engaño y la complacencia :"La vida es un asco") busca venganza y se confunde con José, que con ayuda del seminarista es maltratado. Será el escudero quién le rescate y posteriormente apacigüe al herrero.

Clásico plano expresivo de Bergman. Incluir en el encuadre a dos o más personajes en primerísimo plano es tan descriptivo y estético como funcional y efectivo. 

Entre estas secuencias nos encontramos con otro momento clave de la cinta: los penitentes. La figura de la penitencia, a la que se aludía en a iglesia, provoca reacciones diversas en los personajes principales. La incomprensión y el temor del joven matrimonio, la devoción del cruzado o la indiferencia del escudero.

El siguiente fragmento separa al cruzado de toda la perturbación en un lugar idílico. Coincide con María y habla de sus respectivas vidas. Poco a poco, se encuentran los personajes (aparece José herido) y el escudero con la mujer silente. Este fragmento permite la evasión a los personajes disfrutando de leche y fresas (alegorías éstas a sentimientos positivos: libertad, sexo, juventud), mientras escuchan unas pequeñas trovas. Deleitándose pues de un momento de quietud. No es trivial la colocación de la careta de la muerte en la carreta (se justificada la continuidad en la primera aparición de Jonás), ésta simboliza aquí la ineludible presencia y acoso de la muerte en todo momento por delicioso que éste sea. Tras esto Sydow es sorprendido por la muerte, la cual le recuerda su partida. Éste pese a su ya presente derrota se enfrenta a ella bajo una visión distinta. Es posiblemente uno de los pocos momentos de dicha en su vida y se plasma así incluso al enfrentarse con el fin.

La recreación del período histórico es imbatible. No sólo se muestra de una manera veraz sino que se analiza y yuxtapone a nuestra realidad.

Muchísimo más oscuro es el último tramo de la cinta. Primero se resuelve el triángulo amoroso (que es la contraposición del de María y José) de manera que tras una pequeña rencilla, una de las no pocas concesiones al humor de la cinta, Herrero y mujer se reconcilian (futilidad del matrimonio infiel, estúpido) y Jonás finge su muerte. Es la presencia de la muerta sesgando la vida al inocente Jonás una de las escenas más turbadoras de la cinta. Con socarronería, ésta se burla de su falsa muerte (el arte se pone al servicio de lo trivial) y decide sesgar su vida serrando el árbol sobre el que reposa. Así también se nos muestra lo trivial , inoportuna e impredecible que es la muerte.

Seguidamente un encuentro con una joven tachada de bruja, condenada y ejecutada nos muestra no sólo la injusticia del orden imperante (también el religioso) sino la maldad que reside en el ser. Aquí el cruzado muestra piedad a la  desdichada y descreída joven y vuelve a plantearse el destino de ésta provocándole una angustia que atraviesa la pantalla sin dificultad alguna. La presencia de la Muerte, otra vez convertida en hombre de fe es determinante. 

El último reencuentro es con el seminarista que infectado por la peste muere. Son estos tres sucesos los que nos enseñan al arbitrariedad de la muerte que actúa sin sentido alguno. Destacable para la joven "muda" su capacidad de perdón al ser la única en ofrecer ayuda. Finalmente la muerte se enfrenta con Sydow y vence. Este alarga la partida y la distrae para que el joven matrimonio huya y se salve (con ello todo el bien que residía en el mundo: familia -bondad, amor- y arte). La muerte cegada por su victoria es capaz de entender cuál ha sido esa: "última buena acción".  Es cuando se le dictamina la muerte al anochecer de este día. Es necesario comprender lo evidente, José el visionario es el único capaz de ver la muerte ya que ésta es incorpórea incluso en la cinta. Siendo todas las elucubraciones de Antonius la premonición de una muerte segura. Más complejo es analizar el porqué de esas visiones, aunque análogamente se podría usar la misma motivación que en el personaje bíblico.

Reacción final de el cruzado a la quema de la bruja. En última instancia, a sabiendas de su imposible satanización, le pregunta turbadamente sobre su condición. Tras unas frases cruzadas:

Antonius: Quiero ver al Diablo.

"Bruja": ¿Para qué?

Antonious: Quiero verle y preguntarle sobre Dios.

La Alegría de Antonius Blovk sorprende a una Muerte con ganas de afilar su guadaña.

La película se acaba en dos escenas emblemáticas. Primero El cruzado, junto al resto del grupo, se reencuentra con su mujer y en la cena mientras recitan el fragmento de La Biblia (donde el ajenjo es una clara alusión a la peste y por ello es tras ella interrumpida), que abre la película, llaman a la puerta. Es la muerte. En un mismo plano y sin verla nos cercioramos de todas las reacciones a la muerte posibles  La incomprensión del matrimonio del herrero. La llana aceptación de la pobre mujer del cruzado. La rebeldía del escudero que afirma su nihilismo(la nada, justificando su modus viviendi). También se nos revelan los ruegos imposibles del cruzado a dios, para que éste le acoja después de lo acontecido (son las cruzadas y lo ocurrido allí lo que más dudas le provoca pero sobretodo la existencia de una divinidad).Impasible el escudero apela a la dignidad ante la muerte y la aceptación del vacío, la muerte afirma no saber nada alejándose pues de la concepción religiosa y convirtiéndose en un mero trámite biológico universal. Finalmente rompe su silencio la joven que sometida a toda la barbarie de la época acepta gratamente y sin contemplaciones la resolución de una existencia horrible.

Al día siguiente, José y María, que han conseguido sobrevivir al Apocalipsis (manifestado en fenómenos metereológicos) son testigos, por las visiones de José, de cómo la muerte se lleva danzando a sus otrora amigos. Con esta escena Bergman permite un resquicio de esperanza, ésta es sólo posible a través de la familia, que en este caso paradójicamente son artistas.

La danza.

Con el séptimo sello Bergman alcanzó fama internacional. El aclamado director ha sido fuente de inspiración para una innumerable cantidad de compañeros, siendo Allen (autoproclamado) posiblemente su alumno más brillante y conocido. Bergman es conocido por su visión del hombre como ser pasional y las relaciones humanas jamás han sido dirigidas como por él. Esta cinta sintetiza en 90 minutos algo prácticamente imposible: todo el medievo. Para ello se vale de un montón de recursos en la ambientación (la música, composición pictórica que recuerda a muchas obras de ese género, o una ambientación opresiva y oscura exteriorizada en un mundo decadente y medio derruido. Pero no sólo consigue el mejor reflejo de este período en la historia del cine, sino que funciona también como cinta estrictamente begmaniana respecto a las relaciones humanas y sobretodo familiares (contraposición entre los tres matrimonios, por ejemplo). Pero es la contemplación del hombre ante la muerte y las dudas de un mundo divino o trascendental lo que elevan la cinta a universal. Funcionando pues a tres niveles Bergman  y secundada por una inusitada perfección en los apartados técnicos y de escritura nos lega una de esas pocas películas realmente imprescindibles que sin duda se colará en tus favoritas si realmente la has tratado como merecía. En mi caso, y sin el menor ápice de duda, lo es.

Supuesta escena improvisada el último día de rodaje. éste fue muy limitado en cuanto a presupuesto.
Al final Juan reniega de la muerte con su música.